Décimas para la organización vecinal

ADIÓS A LA MEDIAGUA
Yo tenía una linda casa
Varios árboles frutales
Pero el fuego con sus males
Quiso quemar mi confianza
Sin embargo la esperanza
Que en mi corazón se fragua
Es futuro y dulce agua
Que refresca mi camino
Construyo un nuevo destino
Digo adiós a la mediagua

UN AS BAJO LA MANGA
Atención a las vecinas
No es un juego nuestra alarma
Es un as bajo la manga
Que a nuestro barrio vigila
Si por un error se activa
O por la broma de un bobo
Cuando sea cierto el robo
Verdadera la emergencia
Nadie acudirá a la urgencia
Como en “Pedrito y el lobo”

BRINDIS POR EL PULSOR
Brindemos por el pulsor
Que trae seguridad
A nuestra comunidad
Para así vivir mejor
Con la alarma y el sensor
Resonando en la quebrada
Reacciona la gallada
A la luz de la baliza
Nuestro cerro se organiza
Emergencia superada

PARA ITA, CON CARIÑO
Diciendo que no sabía
Llegó pregonando excusas
Sintiéndose como intrusa
En lo de hacer poesía
Pero aflojó su porfía
Y una poeta caturra
Por quien gritamos tres urras
Emergió con su talento
Ahora sí se cree el cuento
Y decía que era burra

ENTINTANDO BELLEZA
Tengo colores primarios
Azul, rojo y amarillo
Que mezclo con el rodillo
Pa’ adornar el decimario
También los complementarios
Se derraman en la mesa
Entintando la belleza
Que el papel inmortaliza
Y transformando en sonrisa
Los sueños de mi cabeza

Por las vecinas del cerro Merced, Junta de Vecinos Nº 61.
Valparaíso, enero de 2016.

Variados brindis

Brindo dijo un buen minero
Que venía de allá abajo
Trayendo oro y su relajo
Con la pala y el sombrero
Acostumbrado al dinero
Que le entregaba la mina
Compraba su medicina
Con tanto esfuerzo que hacía
Pero tal se complacía
Rompiendo la piedra fina

Del minero. Por Alicia, de cerro Merced.


Brindo por el buen copete
Que me ocasiona este mal
Gran dolor estomacal
Cuando doy más que un sorbete
Vino y whisky son banquete
La malta con la cerveza
Se suben a la cabeza
Pero el terremoto y ron
Me ponen como un león
Igual soy de la nobleza

Del buen tomar. Por Pamela, de cerro Merced.


Brindo hoy por la Pamela
Por Giovanni y por Alicia
Por su entrega sin malicia
A la décima Espinela
Han forjado bella escuela
Donde narran sus historias
Sus penurias y sus glorias
También lo hace Margarita
Todos con letra bonita
Nos enseñan sus memorias

De la amistad. Por Lito, de Cordel.

Corro alegre por mi barrio

Cuando niña yo jugaba
Cerca ‘el pozo y los atajos
Los de abajo más arriba
Los del medio más abajo

Nacida en cerro La Cruz
Al año llegué al Merced
¡Qué distinto viera usted!
Amarilla era la luz
No había micros ni bus
Caminando se llegaba
Y con perros que ladraban
A las risas inocentes
En el luche sonriente
Que de niña yo jugaba

Llegada la adolescencia
Sentí ganas de salir
Y conocer el vivir
Era mucha mi inocencia
Y también era inconciencia
De cuantos viven abajo
Que no sueñan a destajo
Como yo sí que lo hacía
Cuando era niña y corría
Cerca ‘el pozo y los atajos

Hoy es bueno caminar
Por este mi cerro hermoso
Reconocer lo asombroso
Viendo a la gente avanzar
Y aunque puede tropezar
O andar siempre a la deriva
Imagino una salida
Me viene la reflexión
¡Yo tengo la solución!
Los de abajo más arriba

Cada día, cada año
Corro alegre por mi barrio
Bajando por Seminario
Ahí las piedras hacen daño
¡Ah! Yo me acuerdo de antaño
Que buscaba los atajos
Y me daba un gran trabajo
Para encontrar el sendero
Conocer lo verdadero
Los del medio más abajo

Ya me vengo despidiendo
De este mi cerro y su embrujo
Yo mi tristeza la estrujo
En sus calles recorriendo
Y con la gente sonriendo
Ahora mismo no quisiera
Dejar a nadie allá afuera
Menos a todos aquellos
Que hicieron un cerro bello
Pa’ que ningún mal lo hiera

Por Alicia, de cerro Merced.
Valparaíso, noviembre de 2015.

El holocausto en el puerto

Ocurrió en mi población
Rememoro con tristeza
Una terrible oblación
Vidas y naturaleza

Extra extra las noticias
Todo Chile se enteraba
Que el viento confabulaba
Con una grande malicia
Del infierno la delicia
Deleznable maldición
Nos recuerda la canción
Que enlutó a Valparaíso
Porque Dios así lo quiso
Ocurrió en mi población

Nena, Pedro, su menestra,
Trabajaban con esmero
Fuego allí cundió primero
En la que era casa nuestra
Tanto, pero hoy ni muestra
Las papas y milanesas
Margarinas y vienesas
Los huevitos y bebidas
Perdieron aquí la vida
Rememoro con tristeza

El holocausto en el puerto
De verde a rojo pasó
Y en su camino dejó
Al bello Pajonal muerto
Convertido en un desierto
Y tengo la convicción
Fue del humano el error
Al no gastar y prever
Lo que no debió caer
Una terrible oblación

Amigos María y Raúl
El tiempo les fue quitado
Como niños castigados
Casa dada en ataúd
Hoy se encuentran en la luz
Imagino la belleza
De aquel reino su grandeza
Trueno del Shofar, Hashem
Que no quiere más perder
Vidas y naturaleza

Bien amigos me despido
No sin ante’ agradecer
La ocasión para aprender
De estos niños, yo les digo
Soy poeta no mendigo
Es hora de reflexión
De no olvidar la lección
Y no seguir esperando
Vamos todos caminando
Pa’ hacer la reconstrucción

Por Pamela, de cerro Merced.
Valparaíso, noviembre de 2015.

Décimas al reloj

Viejo reloj de madera
Adornabas la muralla
Viste crecer mi quimera
Que recuerdo donde vaya

Isócrono movimiento
con tu ritmo y tu compás,
marcando el tiempo fugaz
impreso en mi pensamiento.
Con alegría y lamento
al costado de la vera,
en invierno y primavera
perenne tu trayectoria,
aún vives en mi memoria
viejo reloj de madera.

Me ayudaste a ser puntual
como siempre en cada cita,
pa’ verme con Margarita
eso que era lo habitual.
Suceso casi ritual
donde mi deseo estalla,
tú, la muda atalaya
donde mi recuerdo estriba,
mirando pasar la vida
adornabas la muralla.

Lo que estoy rememorando
es aquel querido rancho,
al que ni en mis sueños mancho
en él estoy cavilando.
Dirán está delirando
mi paisano si pudiera,
echar mi nostalgia fuera
comprenderían lo que digo,
mi fiel y mudo testigo
viste crecer mi quimera.

Los que miran y no ven
pasando esta vida hermosa,
la muerte es muy generosa
al dejarnos vivir bien.
Disfrutando d‘ este edén
airosos en la batalla,
paisano que no desmaya
va bregando en su camino,
son las huellas del destino
que recuerdo donde vaya.

Al fin en la despedida
lo que hoy conservo y ciño,
son los recuerdos de niño
con mi gente tan querida.
¡Donde vivía la vida!
sin importar patrimonio,
como obra del demonio
en un rincón de la troj,
ese encantador reloj
el más claro testimonio.

Brindis:
Por el reloj brindaré
el de pared y pulsera,
es con su mágica esfera
con la que me embelesé.
Soñando me ilusioné
con laureles y el olivo,
las razones que cultivo
procuran sobrevivir,
sin resignarse a partir
por las calles del olvido.

Por Luis, desde el cerro Merced.
Valparaíso, noviembre de 2015.

Volver arriba